Por qué la Madre Teresa no fue una santa
mayo 6, 2024
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Hermano Pedro Dimond, O.S.B.

El 4 de septiembre de 2016 el Antipapa Francisco ‘canonizó’ solemnemente a la Madre Teresa de Calcuta. Aunque esto va a ser una sorpresa para aquellos que no están informados sobre la enseñanza católica y sobre la situación actual, es un hecho que la Madre Teresa no fue una verdadera católica. Ella fue en realidad una defensora notoria de la herejía condenada del indiferentismo religioso. Las creencias de la Madre Teresa sobre Dios, las religiones no católicas y sobre la salvación fueron contrarias a la enseñanza católica, como veremos. En efecto, fueron muy incompatibles con la creencia en Jesucristo y con la guarda de la fe católica. He aquí algunos hechos sobre lo que la Madre Teresa creyó y practicó. Muchos de estos vienen de su libro, Camino de sencillez. El libro contiene sus propias palabras y fue aprobado por ella. En la página 64, la Madre Teresa declara:

“Siempre he dicho que nuestra misión es ayudar a un hindú a ser mejor hindú, a un musulmán a ser mejor musulmán, a un católico a ser mejor católico”[1].

Esto es apostasía de la fe católica. Basándose en la Escritura y la Tradición apostólica, la Iglesia católica enseña que las religiones no cristianas son del demonio, y que los que siguen esas religiones no se salvarán.

Salmo 95, 5: “Todos los dioses de los gentiles son demonios…”.

1 Crónicas 16, 26: “Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, mas el Señor hizo los cielos”.

1 Corintios 10, 20: “Antes bien, digo que lo que sacrifican los gentiles, a los demonios y no a Dios lo sacrifican. Y no quiero yo que vosotros tengáis parte con los demonios”.

Las personas necesitan ser convertidas a la verdadera fe de Cristo, la fe católica, para salvarse. La Madre Teresa no mantuvo que las personas deben aceptar a Jesucristo y la fe católica para alcanzar la bondad, la santificación y la salvación.

No, ella animó a las personas a que se queden como miembros de falsas religiones demoníacas, incluyendo religiones paganas donde se adoran a los ídolos y falsos dioses. Esto es un rechazo de Jesucristo y el Evangelio. Es, de hecho, totalmente demoníaco. Aquí está lo que la Iglesia católica enseña.

Papa Pablo III, Sublimis Deus, 29 de mayo de 1537: “… el hombre, de acuerdo con el testimonio de las Sagradas Escrituras, fue creado para gozar de la felicidad de la vida eterna, que nadie puede alcanzar sino por medio de la fe en Nuestro Señor Jesucristo ‘Id y enseñad a todas las gentes’, a todas dijo, sin excepción, puesto que todas son capaces de ser instruidas en la fe… haciendo uso de la autoridad apostólica, determinamos y declaramos por las presentes letras que dichos indios, y todas las gentes, deben ser convertidos a la fe de Cristo a través de la predicación de la palabra de Dios y con el ejemplo de una vida buena, no obstando nada en contrario”.

San Policarpo (135): “Todo aquel que no confiese que Jesucristo ha venido en la carne, es un anticristo; todo aquel que no confiese el testimonio de la cruz, es del demonio; y quien pervierte las palabras del Señor según sus propios deseos, y dice que no hay ni resurrección ni juicio, este tal es el primogénito de Satanás”.

Concilio de Trento, sesión 6, cap. 3 sobre la justificación: “… ASÍ, SI NO RENACIERAN EN CRISTO, NUNCA SERÍAN JUSTIFICADOS…”.

Papa Paulo III, Concilio de Trento, sesión 5, sobre el pecado original: “… nuestra fe católica, sin la cual 'es imposible agradar a Dios' (Heb. 11, 6)” (Denz. 787).

Papa Pío IX, Primer Concilio Vaticano, sesión 2, Profesión de fe, 1870: “Esta verdadera fe católica, fuera de la que nadie puede ser salvo, que ahora voluntariamente profeso y verdaderamente mantengo…”.

Cuarto Concilio de Letrán, 1215: “Una, de hecho, es la Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual absolutamente nadie se salva…”
Latín: “Una vero est fidelium universalis Ecclesia, extra quam nullus omnino salvatur…”

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, sesión 8, 22 de noviembre de 1439, Credo Atanasiano: “Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo…”.

Papa Pío VIII, Traditi humilitati # 4, 24 de mayo de 1829: “Contra estos experimentados sofistas, al pueblo se le debe enseñar que la profesión de la fe católica es la única verdad, como clama el apóstol: ‘un Señor, una fe, un bautismo’ [] En efecto, ningún otro nombre aparte del nombre de Jesús les fue dado a los hombres por el cual puedan salvarse. El que cree será salvo, el que no cree será condenado”.

Papa Gregorio XVI, Mirari vos, # 13, 15 de agosto de 1832: “Si dice el Apóstol que hay ‘un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo’ (Ef. 4, 5), entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todas partes se va al puerto de salvación, que, según la sentencia del Salvador, ‘están ellos contra Cristo, pues no están con Cristo’ (Luc. 11, 23) y que los que no recolectan con Cristo, esparcen miserablemente, por lo cual es indudable que perecerán eternamente los que no tengan fe católica y no la guarden íntegra y sin mancha(Credo Atanasiano).

Papa Gregorio XVI, citando al Papa San Gregorio Magno, también declaró sobre el dogma fuera de la Iglesia no hay salvación:

Papa Gregorio XVI, Summo iugiter studio, 27 de mayo de 1832: “‘La santa Iglesia universal enseña que no es posible adorar verdaderamente a Dios excepto en ella, y asevera que todos los que están fuera de ella no serán salvos’. Los actos oficiales de la Iglesia proclaman el mismo dogma”.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Cantate Domino, 1441, ex cathedra:
“[La Iglesia] Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia católica, no solamente los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41), a no ser que antes de su muerte se uniere con ella… Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia católica”.

Esta es la enseñanza de la Iglesia católica, que la Madre Teresa rechazó totalmente. He aquí más citas donde la Madre Teresa expresa su herejía y apostasía. En una entrevista de 1989 para la revista Time, la Madre Teresa en verdad dijo: “Yo amo todas las religiones”. Esto es apostasía total, y absolutamente demoníaco. Ello es afirmar que amas la mentira, el pecado, la negación de Cristo, y la idolatría, entre otras cosas.

Además, es digno de señalar que esta declaración demoníaca de la Madre Teresa, esto es, que ella ama todas las religiones, llegó como respuesta a una pregunta específicamente sobre el hinduismo. El hinduismo es una falsa religión idólatra y pagana, y sus muchos falsos dioses son, como hemos visto, demonios. El hinduismo conduce a la condenación. La Madre Teresa ama el hinduismo y, por ende, ama la adoración a los demonios. De hecho, ella frecuentemente menciona la religión pagana del hinduismo de manera positiva, como veremos.

Es interesante considerar lo que el Papa León XIII dijo específicamente acerca del hinduismo. Al tratar de cómo el santo Apóstol Tomás y el gran misionero jesuita San Francisco Javier convirtieron a multitudes de la falsa religión demoníaca del hinduismo, el Papa León XIII habló de “las fábulas y de las viles supersticiones del Brahmanismo”, y dijo que los seguidores del hinduismo estaban “miserablemente encarcelados en las tinieblas de la superstición”. Por lo tanto, la Madre Teresa amó la idolatría, el paganismo, la adoración de los demonios, y las viles supersticiones que mantienen a las personas encarceladas en las tinieblas, como también amar las mentiras y abominaciones del islam y de todas las demás falsas religiones.

Papa León XIII, Ad extremas, # 1, 24 de junio de 1893: “Pensamos sobre todo del beato Apóstol Tomás, de quien propiamente es llamado el fundador de la predicación del Evangelio a los hindúes. Luego, tenemos a Francisco Javier […] A través de su perseverancia extraordinaria, él convirtió centenares de miles de hindúes de las fábulas y de las viles supersticiones del Brahmanismo a la verdadera religión. Numerosos sacerdotes han seguido los pasos de este hombre santo […] ellos dan continuación a estos nobles esfuerzos. Sin embargo, en los vastos alcances de la tierra, muchos aún siguen privados de la verdad, miserablemente encarcelados en las tinieblas de la superstición[2].

La declaración oficial emitida por el postulador de su causa también admitió que la Madre Teresa “respetó a cada persona, incluyendo a los ateos y agnósticos, y respetó la fe que ellos tenían o incluso si no la tenían”[3]. Esto es herejía, como veremos. La declaración también cita a un hindú que conoció a la Madre Teresa por 23 años. El hindú dice que la Madre Teresa nunca trató de convertir a nadie al catolicismo o cristianismo, y que ella promovió lo siguiente:

“Yo te convierto a ser un mejor hindú, o un mejor musulmán, o un mejor protestante, o un mejor católico, o un mejor parsi, o un mejor sij, o un mejor budista”[4].

Como hemos demostrado, esto es herejía y apostasía. Es diabólico. Para expresar aun más cómo ella no trato de convertir a nadie, sino que quiso que los paganos sean paganos, etc., la Madre Teresa dijo que “no intentamos predicar la religión”.

“El hermano Vinod, que dirige el Centro para pacientes leprosos en Titagarth, Calcuta (Gandhiji Prem Nivas), ha comprendido que no intentamos predicar la religión…”[5].

Papa León XIII, Satis cognitum, # 13, 29 de junio de 1896: “No puede creerse que guardáis la fe católica los que no enseñáis que se debe guardar la fe romana”.

La Madre Teresa no creyó que la fe en Jesucristo y la fe romana se deben guardar. Ella no guardó la verdadera fe católica – punto final. Igualmente se debe señalar que la Constitución de las Misioneras de la Caridad, la orden de la Madre Teresa, declara:

“No impondremos nuestra fe católica en ninguno, sino tendremos un profundo respeto por todas las religiones…”[6].

Respetar todas las religiones o las falsas religiones es un principio de la masonería y una herejía condenada. Como el Papa León XIII enseñó:

Papa León XIII, Custodi di quella fede, # 15, 8 de diciembre de 1892: “Debe evitarse toda familiaridad, no solamente con aquellos impíos libertinos que promueven abiertamente el carácter de la secta [masónica], sino también con aquellos que se esconden bajo la máscara de la tolerancia universal, el respeto a todas las religiones...”.

En la página 133 del libro Camino de sencillez, la Madre Teresa dice lo siguiente de aquellos que venían a ellas:

“Las hermanas averiguan qué religión profesan estos pacientes, a fin de que, en caso de que fallezcan, puedan tener un entierro apropiado: los católicos reciben sepultura en el cementerio, los musulmanes van al camposanto musulmán y los hindúes son llevados al ghat de incineración, muy cercano a nuestro centro. La mayoría de las personas que acuden a nosotros son hindúes, por tanto si no conocemos su religión solemos darles un entierro según el rito hindú[7].

Es un pecado mortal contra la fe, y un acto de apostasía, darle a la gente una sepultura hindú o musulmán. Las hermanas heréticas de la orden de la Madre Teresa no investigan qué religión tienen las personas para tratar de convertirlas a Cristo y a su verdadera fe. No, ellas lo hacían con el fin de darles una sepultura de acuerdo a cualquier falsa religión en que ellas creían. Eso es apostasía. La Madre Teresa y los miembros de su orden incluso ayudaban a los hindúes y musulmanes que seguían viviendo allí, pero próximos a morir, a recibir los ritos según su falsa religión. Esto incluía llevarles agua del río Ganges a los labios de los hindúes moribundos, y leer lecturas del Corán a los musulmanes moribundos. Esto es un rechazo de Cristo, y es totalmente diabólico. Tales acciones también confirman maliciosamente a los paganos e incrédulos en su camino a la condenación.

De hecho, en el hinduismo, el río Ganges se considera que es una personificación divina de la ‘diosa’ hindú Ganga. Los hindúes adoran el río Ganges. Así, al proporcionarles a los hindúes moribundos las aguas que ellos adoran para sus ritos religiosos, la Madre Teresa y sus hermanas apóstatas participaron directamente en la idolatría y en la adoración de un falso dios pagano.

“En ocasiones la propia Madre Teresa había transportado en una carretilla a personas que encontraba en la calle en situación desesperada […] las que ya no podían hacerlo [someterse a tratamiento], disponían de la oportunidad de morir con dignidad después de recibir los consuelos rituales de su fe: los hindúes, agua del Ganges en los labios; los musulmanes, lecturas del Corán; los pocos cristianos, los últimos auxilios”[8].

En las páginas 64 a 65 del libro Camino de sencillez, la Madre Teresa cita a una miembro de su orden para que explicara cómo ellas rezaban con miembros de diferentes religiones. El pasaje además explica cómo realizaban lecturas; a veces las lecturas eran de la Biblia y a veces de “otras escrituras”.

“Tenemos entre nosotros 475 almas: treinta familias son católicas y el resto son hindúes, musulmanes y sikhs, todos de religiones diferentes. Sin embargo asisten juntas a nuestras plegarias. A las siete de la mañana se reúne todo el mundo durante treinta minutos. Y leemos textos de la Biblia y otras escrituras. A veces un paciente ofrece una pequeña oración. Nunca he tenido ningún problema para rezar con gente de distinta religión[9].

Esto es sincretismo y un pecado mortal. Está condenado explícitamente en la enseñanza católica participar en el culto o asambleas de no católicos.

Papa Pío XI, Mortalium animos, # 10, 6 de enero de 1928: “Bien claro se muestra, pues, Venerables Hermanos, por qué esta Sede Apostólica no ha permitido nunca a los suyos que asistan a los citados congresos de acatólicos…”

Papa Pío XI, Mortalium animos, # 2, 6 de enero de 1928, condenando los encuentros interreligiosos: “Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, cristianos […] Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables […] Cuantos sustentan esta opinión, no solamente yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial […] de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios”.

Esto es, por supuesto, especialmente cierto con aquellas personas que adoran los falsos dioses del paganismo. La Madre Teresa no solamente respaldó rezar con tales idólatras e incrédulos, sino que les permitió que predicaran y leyeran sus falsas escrituras.

En la página 73, la Madre Teresa dijo:

“Hay muchas religiones y cada una de ellas tiene diferentes maneras de seguir a Dios”[10].

No, la única manera de seguir a Dios es a través de Jesucristo y la Iglesia que Él estableció, la Iglesia católica.

En la página 57, ella dice:

“Sea cual sea nuestra religión, debemos rezar juntos”[11].

De nuevo, esto es alentar a las personas de religiones paganas a hacer oración a sus falsos dioses.

En las páginas 103 a 104, la Madre Teresa dice esto sobre los homosexuales:

“La gente me pregunta a menudo qué pienso, por ejemplo, de los homosexuales, y yo siempre respondo que no suelo juzgar a las personas”[12].

Esto es una aprobación del pecado mortal y otra expresión de su apostasía. También demuestra que al sostener que las personas pueden seguir a Dios y salvarse en religiones falsas, la Madre Teresa necesariamente sostuvo que las personas pueden salvarse cometiendo toda clase de pecados mortales con respecto a la moralidad, pues muchas de las religiones que ella apoyó como caminos que llevan a Dios, permiten cosas malas como la anticoncepción, varios pecados sexuales, etc.

1 Corintios 6, 9-11: “¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los que practican la homosexualidad, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los rapaces heredarán el reino de Dios. Y algunos esto erais, pero habéis sido lavados; habéis sido santificados; habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”.

1 Corintios 1, 2: “… a la Iglesia de Dios, que está en Corinto, a los fieles santificados por Jesucristo…”.

1 Corintios 10, 6-11: “Esto fue en figura nuestra, para que no codiciemos lo malo como lo codiciaron ellos, ni idolatréis, como algunos de ellos, según está escrito: ‘Se sentó el pueblo a comer y beber y se levantaron para danzar’. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, cayendo veintitrés mil en un día. Ni tentemos al Señor, como algunos de ellos le tentaron y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, acabando a manos del exterminador. Todas estas cosas les sucedieron a ellos en figura y fueron escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes tocó vivir en la última fase de los tiempos”.

Ella, por lo tanto, creyó y enseñó que la enseñanza de Jesucristo sobre el matrimonio y la moralidad no tenía consecuencias. Ella promovió un falso evangelio.

En las páginas 124 a 125, la Madre Teresa menciona que en unos de sus centros hay de hecho una estatua del hindú Ghandi, un hombre que fue un pagano y un idólatra. La Madre Teresa dice:

“Hoy contamos con un centro maravilloso llamado Gandhiji Prem Nivas […] En el patio interior se levanta una estatua de Gandhi”[13].

Esta es también una foto de la Madre Teresa venerando a Gandhi, un pagano y un idólatra que rechazó a Jesucristo. Venerar a Gandhi y destacar una estatua de él son, sin ninguna duda, actos de apostasía.

Santo Tomás de Aquino enseñó que:

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, Pt. II, q. 12, art. 1, obj. 2: “… si alguien venerara el sepulcro de Mahoma, sería considerado como apóstata”[14].

Las acciones de la Madre Teresa tan solo en este punto, sin mencionar todas sus otras declaraciones claramente heréticas y apóstatas, fueron lo equivalente a eso.

Acá hay una foto de la Madre Teresa adorando a Buda, el 7 de octubre de 1975, durante una ceremonia para el 25º aniversario de su orden.

Esas ‘celebraciones’ para el 25º aniversario de su orden duraron por un mes. Dichas celebraciones incluyeron lo siguiente:

Se oró con los musulmanes, los sijs, los parsis y los jains. Cuando terminó la ceremonia, celebrada en el templo budista, el monje que estaba al frente de la Sociedad Mahabodhi ofreció a la Madre Teresa dos cirios eléctricos como símbolo del trabajo realizado, que según dijo perduraría siempre [] en la sinagoga judía se concedió a la Madre Teresa el privilegio singular de entrar en el ‘Santo de los Santos’. La Madre Teresa dijo que todas las oraciones que se habían ofrecido en el mundo eran ‘el mejor de los regalos a Dios’”[15].

Llegados a este punto, es interesante considerar una cita del Concilio de Elvira del año 305. Aunque Elvira fue un concilio regional, y la declaración acerca de ser privados de la comunión hasta la muerte solamente fue una regla disciplinaria, el pasaje refleja la fe de la Iglesia católica sobre la maldad del paganismo y la idolatría.

Concilio de Elvira, 305 d.C.: “Se decreta que los que en la edad adulta después de recibir el bautismo entren en los templos paganos para adorar a los ídolos, que es un crimen mortal y de suprema maldad, no serán admitidos a la comunión, incluso en la muerte[16].

En su carta de 1978 al primer ministro de India, la Madre Teresa escribió:

Ustedes le llaman ISHWAR, hay quien le llama ALA, y otros simplemente Dios, pero todos creemos que nos hizo para grandes cosas: para amar y ser amados”[17].

Entonces, ella identifica como Dios al falso dios hindú Ishwar y al falso dios de los musulmanes. Esto prueba adicionalmente que ella no fue una cristiana, sino una idólatra y una apóstata que confundió al verdadero Dios con los falsos dioses y demonios. En el libro Madre Teresa – Biografía Autorizada también dice que:

“El propio presidente [de Albania] pidió a la Madre Teresa que se encargara de abrir seis iglesias más […] Así lo hizo y también se apresuró a insistir en que se reabriera una mezquita para los musulmanes[18].

Las apóstatas hermanas de la orden de la Madre Teresa además barrieron y limpiaron la mezquita como preparación para el falso culto de los musulmanes.

El Papa Eugenio IV describió al islam como “la abominable secta de Mahoma”. El Papa Calixto III lo refirió como “la diabólica secta del maldito e infiel Mahoma”. Él declaró que los seguidores del islam son paganos. El Papa Clemente V hizo referencia a los ritos musulmanes en las mezquitas como una desgracia y sacrílegas. Él dijo que la invocación pública del nombre sacrílego del incrédulo Mahoma trae gran escándalo y desagrada a la majestad divina, y que debe ser expresamente prohibida bajo una obligación apremiante del divino juicio. El Papa Pío II se refirió a los ritos islámicos como “el abominable culto de Mahoma”.

 Papa Eugenio IV, Concilio de Basilea, 1434: “… existe la esperanza de que un gran número de la abominable secta de Mahoma será convertido a la fe católica”.

Papa Calixto III: “… la diabólica secta del maldito e infiel Mahoma [Islam]…”[19].

Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312: “Es un insulto para el santo nombre y una deshonra para la fe cristiana que en ciertas partes del mundo sujetas a príncipes cristianos donde viven sarracenos [es decir, los seguidores el islam] […] los sacerdotes sarracenosen sus templos y mezquitas, donde los sarracenos se reúnen para adorar al infiel Mahoma, invocado en voz alta y exaltando su nombre cada día a ciertas horas en un lugar elevado […] Esto trae descrédito a nuestra fe y da gran escándalo a los fieles. Estas prácticas no se pueden tolerar sin desagradar a la divina majestad. Nos, por tanto, con la aprobación del sagrado concilio, prohibimos estrictamente esas prácticas, a partir de ahora, en tierras cristianas. Nos lo ordenamos a todos y cada uno de los príncipes católicos […] Deben prohibir expresamente la invocación pública del sacrílego nombre de Mahoma…”.

Papa Pío II, Discurso, 26 de septiembre de 1459: “En la capital del Oriente han aplastado a los sucesores de Constantino, con su pueblo; profanado los templos del Señor y manchado con el abominable culto de Mahoma el augusto monumento de Justiniano (Santa Sofía) […] Toda victoria le sirve de escalón para alcanzar la otra, hasta que después de someter a todos los reyes del Occidente haya destruido el Evangelio de Cristo he impuesto a todo el mundo la ley de su falso profeta.”

El libro Camino de sencillez también revela que en Calcuta, en la casa de las Misioneras de la Caridad dedicada a tuberculosis, hay una estatua de tamaño natural de la Virgen que tiene “cara de india, lleva una túnica india de color blanco y se halla sobre un pedestal que representa una enorme flor de loto rosada[20].

La flor de loto es un símbolo importante en las religiones paganas del budismo e hinduismo. Por ende, la orden de la Madre Teresa, las ‘Misioneras de la Caridad’, incorpora un símbolo religioso del paganismo. Esto es demoníaco. El uso de este símbolo es una expresión de la idolatría que ellas aprendieron de la apóstata Madre Teresa y de la secta del Vaticano II, la falsa Iglesia del fin de los tiempos (esto es, la ramera de Babilonia).

La Madre Teresa también enviaba a veces a sus hermanas a un retiro al sitio de este hombre, Bede Griffiths, un monje ‘benedictino’ apóstata qué básicamente intentó amalgamar al cristianismo y al  hinduismo. Griffiths incluso usó las ‘escrituras’ hindúes como parte de su presunta adoración.

“En un ashram del sur de la India, a orillas del río Cauvery, Dom Bede Griffiths, monje benedictino inglés, había adoptado la vida de un sannyasi […] La Madre Teresa enviaba allí a sus hermanas para hacer breves retiros[21].

En la página 79 de Camino de sencillez, la Madre Teresa dice:

“Los niños que aún no han nacido son los más pobres entre los pobres. ¡Están tan cerca de Dios!”[22].

Esa declaración contradice el dogma definido por el Concilio de Florencia de que, hasta que sean bautizados, los niños no están cerca de Dios sino bajo el domino del demonio como resultado del pecado original. Es un dogma definido que los niños y otros no pueden salvarse sin el agua del bautismo. Pero una hereje como la Madre Teresa no cree en ello.

Papa San Inocencio, 414 d.C.: “Pero eso que vuestra fraternidad afirma —que es lo que predican los pelagianos— que incluso sin la gracia del Bautismo los infantes pueden ser dotados con las recompensas de la vida eterna, es bastante idiota.”

San Agustín, Carta a Jerónimo, 415 d.C.: “Quien diga que incluso los infantes que pasan de esta vida sin la participación en el Sacramento [del Bautismo] serán vivificados en Cristo, verdaderamente va en contra de la predicación del Apóstol y condena a toda la Iglesia…”.

Papa San Zósimo, Concilio de Cartago, canon sobre el pecado y la gracia, 417: “También se ha decidido, que si alguno dijese que por esta razón el Señor dijo: ‘En la casa de mi Padre hay muchas moradas’ (Juan 14, 2), que ello puede entenderse que en el reino de los cielos habrá algún lugar intermedio o cualquier otro lugar donde viven los niños benditos que partieron de esta vida sin el bautismo, sin el cual no pueden entrar en el reino de los cielos, que es la vida eterna, sea anatema”.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, sesión 11, 4 de febrero de 1441, ex cathedra: “En cuanto a los niños… no puede socorrérseles con otro remedio que con el bautismo, por el que son librados del dominio del diablo [el pecado original] y adoptados por hijos de Dios…”.

Papa Paulo III, Concilio de Trento, del pecado original, sesión V, ex cathedra: “Si alguno niega que hayan de ser bautizados los niños recién salidos del seno de su madre, aun cuando procedan de padres bautizados, o dice que son bautizados para la remisión de los pecados, pero que de Adán no contraen nada del pecado original que haya necesidad de ser expiado en el lavatorio de la regeneración para conseguir la vida eterna, de donde se sigue que la forma del bautismo para la remisión de los pecados se entiende en ellos que no es verdadera, sino falsa: sea anatema”.

En la misma página dice la Madre Teresa:

“En muchos centros de todo el mundo, enseñamos métodos naturales de planificación familiar a los pobres”[23].

La Madre Teresa incluso presumió de los incontables niños que ella pudo prevenir de nacer a través del uso de la planificación familiar natural. Esto es malo. Como nuestro video demuestra, PFN: un engaño del control de la natalidad, la planificación familiar natural es una práctica pecaminosa de control de la natalidad que es contraria a la enseñanza católica acerca del fin primaria del acto conyugal.

Papa Pío XI, Casti connubii, # 17, 31 de diciembre de 1930: “El fin primario del matrimonio es la procreación y educación de la prole”.

Papa Pío XI, Casti connubii, # 54, 31 de diciembre de 1930: “… estando destinado el acto conyugal, por su misma naturaleza, a la generación de los hijos, los que en el ejercicio del mismo lo destituyen adrede de su naturaleza y virtud, obran contra la naturaleza y cometen una acción torpe e intrínsecamente deshonesta”.

Papa Pío XI, Casti connubii # 59, 31 de diciembre de 1930 “… [Hay] en el uso del derecho matrimonial, fines secundarios […] cuya consecución en manera alguna está vedada a los esposos, SIEMPRE QUE QUEDE […] SU SUBORDINACIÓN AL FIN PRIMARIO”.

Esto no se les permite a los católicos, a pesar de que la secta del Vaticano II, la falsa iglesia del fin de los tiempos, por supuesto lo aprueba, y la práctica pecaminosa del control de la natalidad de la PFN estaba siendo promovida en fuentes falibles incluso en años anteriores al Vaticano II durante el creciente modernismo del siglo XX.

En las páginas 52 y 80, la Madre Teresa enseña la falsa doctrina de que Dios es el Padre de todos los hombres y que todos somos hijos de Dios, incluyendo los paganos.

“… Él es el padre de todos nosotros, sea cual sea nuestra religión. Todos hemos sido creados por Dios, somos sus hijos”[24].

Y:

“Dios no está separado de la Iglesia, porque Él está en todo y en todas partes y nosotros, hindúes, musulmanes o cristianos, somos sus hijos[25].

Esto es una herejía. Uno solo se convierte en un hijo de Dios por medio de Jesucristo y su única verdadera fe. Y dicho ingreso en la fe, por el cual uno se convierte en un hijo de Dios, ocurre en el bautismo.

Colosenses 2, 12-13: “Habiendo sido sepultados con Él en el bautismo, donde así mismo fuisteis resucitados con él por la fe [διὰ τῆς πίστεως]… Y a vosotros los que estabais muertos por los delitos y por la incircuncisión de vuestra carne, os dio la vida juntamente con Él, perdonándoos todos los delitos”.

Gálatas 3, 26-27: “...por cuanto todos sois hijos de Dios por la fe [διὰ τῆς πίστεως] en Cristo Jesús. Pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo estáis vestidos de Cristo”.

Efesios 2, 8-9: “Porque habéis sido salvados gratuitamente por la fe [διὰ τῆς πίστεως]; y esto no viene de vosotros: es el don de Dios; tampoco viene de las obras, para que ninguno pueda gloriarse”.

Aquí hay unas cuantas citas para refutar la herejía de la Madre Teresa.

1 Juan 2, 23: “Quienquiera niega al Hijo tampoco tiene al Padre...”.

Juan 1, 12: “Pero a todos los que lo recibieron les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios: a los que creen en su nombre”.

Papa León XII, Ubi primum # 22, 5 de mayo de 1824: “‘Quién os escucha me escucha, quien os desprecia me desprecia’; y a este aviso del apóstol san Pablo: ‘La iglesia es la columna y el fundamento de la verdad’. San Agustín contemplando estas palabras dice: ‘Si se encuentra alguno fuera de la Iglesia, será extrañado del número de sus hijos, ni tendrá por su padre a Dios, el que no quiera tener por madre a la Iglesia’”.

Papa León XII, Ubi primum, # 14, 5 de mayo de 1824: “Pero es tan evidente la imposibilidad de que Dios sumamente veraz, o por mejor decir la misma verdad suprema, como que a todo atiende con bondad y sabiduría infinita, apruebe todas las sectas que enseñan principios falsos, implicantes y muchas veces opuestos entre sí, y que conceda premios eternos a aquellos que las profesan […] como sabemos ya por la fe, que no hay más que un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo y no se ha dado otro nombre debajo el cielo a los hombres en el cual podamos salvarnos, que el de Jesucristo de Nazareth […] y por lo mismo también profesamos que: fuera de la iglesia no hay salud [salvación]”.

Como podemos ver, la Madre Teresa fue una hereje notoria que rechazó descaradamente el dogma católico sobre la necesidad de Jesucristo y de la fe católica para la salvación, y negó la enseñanza de la Iglesia sobre la maldad de las otras religiones. De hecho, ella fue una apóstata épica y una promotora del indiferentismo religioso de la peor clase. Ella sostuvo que de ninguna manera hay necesidad de creer en Jesucristo y de rechazar las falsas religiones. De hecho, en su libro, cuando ella recomendó o mencionó ciertas oraciones católicas/cristianas, ella también mencionó que las personas pueden usar oraciones no cristianas si ellas no creen en el cristianismo.

Por ejemplo, en la página 65, la épica apóstata Madre Teresa alienta a las personas a quitar el nombre de Jesús de las oraciones si ellas no creen en Él.

“Las oraciones que siguen son las que decimos todos los días a partir de nuestro libro de oraciones […] Si no eres cristiano, puedes sustituir a ‘Jesús’ por ‘Dios’[26].

La Madre Teresa sostuvo que uno puede ir a Dios sin Jesucristo. Eso es del anticristo.

1 Juan 4, 3: “… todo espíritu que no confiesa a Jesucristo no es de Dios, sino que es del espíritu del Anticristo”.

1 Juan 5, 12: “… quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”.

Juan 3, 36: “Quien desobedece al Hijo no verá la vida sino que la cólera de Dios permanece sobre él”.

Juan 8, 24: “... si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados”.

Juan 14, 6: “Jesús le replicó: ‘Yo Soy el camino, y la verdad y la vida; nadie va al Padre, sino por Mí’”.

Mateo 18, 17: “Y si no escucha tampoco a la Iglesia, sea para ti como un pagano y como un publicano”.

En el libro Madre Teresa – Biografía Autorizada, la autora también cita a la Madre Teresa diciendo:

“Nunca intentamos convertir al cristianismo a aquéllos a los que socorremos…”[27].

Rechazar incluso un dogma es un pecado mortal. Esto resulta en una expulsión automática de la Iglesia de Cristo y la pérdida de toda la fe divina.

Papa León XIII, Satis cognitum, # 9, 29 de junio de 1896: “De que alguno diga que no cree en esos errores (esto es, las herejías que acaba de enumerar), no se sigue que deba creerse y decirse cristiano católico. Pues puede haber y pueden surgir otras herejías que no están mencionadas en esta obra, y cualquiera que abrazase una sola de ellas cesaría de ser cristiano católico”.

Papa León XIII, Satis cognitum, # 9, 29 de junio de 1896: “… ¿puede ser permitido a alguien rechazar alguna de esas verdades sin precipitarse abiertamente en la herejía, sin separarse de la Iglesia y sin repudiar en conjunto toda la doctrina cristiana? Pues tal es la naturaleza de la fe, que nada es más imposible que creer esto y dejar de creer aquello… Al contrario, quien en un solo punto rehúsa su asentimiento a las verdades divinamente reveladas, realmente abdica de toda la fe, pues rehúsa someterse a Dios en cuanto a que es la soberana verdad y el motivo propio de la fe”.

Tristemente, como lo prueban estos hechos sin ninguna duda, la Madre Teresa no era una verdadera creyente, sino una incrédula diabólica.  Deseamos que hubiera sido diferente, pero eso es lo que ella fue. Ella fue una apóstata de Jesucristo y del catolicismo. Ella fue una mujer demoniaca y una gran falsa profeta de la secta del Vaticano II, la falsa iglesia del fin de los tiempos.

1 Pedro 5, 13: “Os saluda la iglesia de Babilonia, partícipe de vuestra elección…”.

Apocalipsis 18, 2: “… ‘Cayó, cayó Babilonia la grande, y se hizo morada de demonios y prisión de todo espíritu inmundo y prisión de toda ave inmunda y prisión de toda bestia inmunda y aborrecible’”.

De hecho, con su indiferentismo religioso y su aprobación de la idolatría, ella sirvió de un símbolo adecuado para la falsa santidad de una falsa iglesia cuyo falso ecumenismo e indiferentismo religioso son las características de su apostasía. Ella fue amada por el mundo y por los incrédulos por todo el mundo precisamente porque ella fue una falsa profeta.

“Algunos, más habituados al esquema mental de los hindúes, optaban por ver en ella la ‘reencarnación de Jesús’, mientras que los musulmanes la aclamaban como un ‘espíritu evolucionado’, y las personas de todas las creencias y denominaciones religiosas se prepararon para reconocerla como una ‘persona santa’. En palabras del presidente de la India, Giri, la Madre Teresa se contaba ‘entre aquellos espíritus emancipados que habían traspasado las barreras de la raza, la religión, el credo y la nación’”[28].

Lucas 6, 26: “¡Ay cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros, porque así hicieron sus padres con los falsos profetas!”.

Juan 15, 18-19: “Si el mundo os aborrece, sabed que me aborreció a mí primero que a vosotros.  Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo os aborrece”.

Es imposible que alguien sea santo creyendo lo que la Madre Teresa creyó. Es cierto decir que ella fue mala, impía y estaba en el estado de pecado mortal.

San Policarpo, Carta a los filipenses, 135 d.C.: “Todo aquel que no confiese que Jesucristo ha venido en la carne, es un anticristo; todo aquel que no confiese el testimonio de la cruz, es del demonio; y quien pervierte las palabras del Señor según sus propios deseos, y dice que no hay ni resurrección ni juicio, este tal es el primogénito de Satanás”.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Cantate Domino, 1441, ex cathedra: “[La Iglesia] Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia católica, no solamente los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41), a no ser que antes de su muerte se uniere con ella…”.

Sí, ella alimentó los cuerpos de las personas, pero privó sus almas y la suya propia de lo que era más importante y necesario, la verdadera fe y lo que es necesario saber para la salvación. De esa manera ella no era su verdadera amiga, sino su enemiga, al confirmar a multitudes en su camino a la condenación eterna a través de su falso evangelio  que promovía el indiferentismo religioso y el respeto por las falsas religiones. Las obras naturales sin la verdadera fe no aprovechan a nadie para la salvación.

Papa Pío XI, Mortalium animos, # 9, 6 de enero de 1928: “... el fundamento de la caridad es la fe pura e inmaculada”.

Papa San Pío X, Editae saepe, # 28, 26 de mayo de 1910: “Como cuestión de hecho, sin embargo, las buenas obras meramente naturales son solamente una falsificación de la virtud, ya que no son permanentes ni suficientes para la salvación”.

Y:

Papa San Pío X, Editae saepe, # 21, 26 de mayo de 1910: “El deber principal y más importante de los pastores es cuidar todo acerca de la conservación íntegra e inviolada de la fe católica, la fe que la Santa Iglesia Romana profesa y enseña, sin la cual es imposible agradar a Dios”.

Con respecto a las habitaciones en donde ella llevaba a cabo su trabajo, la Madre Teresa dijo:

“Se trata de un templo hindú muy famoso al que solía acudir la gente para cumplir con sus devociones y descansar, por lo que pensé que sería el mejor sitio para que en él reposara nuestra gente antes de ir al cielo. Así pues, acepté al momento”[29].

La indicación es que ella creyó que todos se irían al cielo, incluyendo los hindúes, etc.

En la página 87 del libro Camino de sencillez, la Madre Teresa indica una creencia en la herejía de que todos los hombres se irán al cielo. Ella declara:

Cuando morimos nos reunimos con Dios y con todos los que hemos conocido y partieron antes que nosotros: nuestra familia y amigos nos estarán esperando. El Cielo debe de ser un lugar muy bello”[30].

Esto en cuanto a la enseñanza de que existe el infierno y que las personas caen en él. Contrariamente a la herejía de la Madre Teresa, la verdad es que la mayoría de las personas se irán al infierno. Los que mueren sin la verdadera fe o en pecado mortal no se salvarán. Como lo enseñó Jesús, pocos se salvan.

Papa Gregorio III (739 d.C.): “... está escrito que estrecha es la puerta y angosto el camino que llevan a la vida”.

Papa San Gregorio Magno (600 d.C.): “Entre más abundan los malos, tanto más debemos sufrir con ellos en la paciencia; porque en la era pocos son los granos llevados a los graneros, pero altos son los montones de paja quemados en el fuego”.

William Thomas Walsh, Our Lady of Fatima [Nuestra Señora de Fátima], ed. ing., p. 94: “Lucía encontró a Jacinta sentada sola, quieta y muy pensativa, con la mirada perdida. ‘¿Qué estás pensando, Jacinta?’ – ‘De la guerra que está por venir. Tantas personas que morirán. Y casi todas irán al infierno’”

Mateo 7, 13-14: “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuán pocos los que dan con ella!”.

Algunos se preguntarán: ¿Cómo es posible que una mujer como ella sea ‘canonizada’? La respuesta es que ella no fue canonizada por la Iglesia católica ni por un verdadero papa. No, ella fue ‘canonizada’ por el Antipapa Francisco y la secta del Vaticano II, que es la falsa iglesia del fin de los tiempos, como se explica en nuestro material. Toda esta situación fue profetizada. Sobre este asunto, véase nuestro video ¡¡Babilonia ha caído, ha caído!!, entre otras cosas.

También debe enfatizarse que cuando la apóstata Madre Teresa fue ‘canonizada’, el hereje Antipapa Francisco usó la fórmula solemne de canonización, que básicamente es, palabra por palabra, idéntica a la fórmula usada antes del Vaticano II. Una traducción española de la fórmula en latín que él usó es:

“En honor de la Santísima e Indivisible Trinidad, para exaltación de la Fe católica y el incremento de la vida cristiana, y con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y la Nuestra, después de la debida reflexión y la oración frecuente implorando la asistencia divina, y después de haber oído el parecer de muchos de nuestros hermanos en el episcopado, declaramos y definimos Santa a la Beata Teresa de Calcuta y la inscribimos en el Libro de los Santos, decretando que en toda la Iglesia ella sea venerada entre los Santos. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. (Antipapa Francisco ‘canonizando’ solemnemente a la Madre Teresa)[31]

Por supuesto, ésta fórmula es solemne. Es básicamente idéntica a la usada por los papas válidos antes del Vaticano II. Cuando la proclama un papa válido, es infalible.

Como la Madre Teresa ciertamente no fue una santa, sino una hereje notoria y una apóstata, el uso de esta fórmula para su ‘canonización’ constituye otra prueba absoluta e infalible de que Francisco no es un verdadero papa sino un antipapa.

San Roberto Belarmino, cardenal y Doctor de la Iglesia, De Romano Pontifice, II, 30: “Un Papa que es un hereje manifiesto deja de ser, automáticamente (per se) Papa y cabeza, al igual que él automáticamente deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por lo tanto él puede ser castigado y juzgado por la Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los antiguos padres que enseñan que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción.”

San Roberto Belarmino, De Romano Pontifice, II, 30: “Este principio es de lo más cierto. El no cristiano no puede de ninguna manera ser Papa, como el mismo Cayetano admite (lib. c. 26). La razón de esto es que no puede ser cabeza de lo que no es miembro; ahora bien, quién no es cristiano no es miembro de la Iglesia, y un hereje manifiesto no es un cristiano, como enseña claramente san Cipriano (lib. 4, epíst. 2), san Atanasio (ser. 2 cont. Arian.), san Agustín (lib. de grat. Christ. cap. 20), san Jerónimo (contra Lucifer), y otros; por lo tanto, el hereje manifiesto no puede ser Papa.”

San Francisco de Sales (s. XVII), Doctor de la Iglesia: “Ahora, cuando él [el papa] es explícitamente un hereje, él cae ipso facto de su dignidad y fuera de la Iglesia...”.

San Antonino (1459): “En el caso en que el papa se convirtiera en un hereje, se encontraría, por ese solo hecho y sin ninguna otra sentencia, separado de la Iglesia. Una cabeza separada de un cuerpo no puede, siempre y cuando se mantenga separada, ser cabeza de la misma entidad de la que fue cortada. Por lo tanto, un papa que se hubiere separado de la Iglesia por la herejía, por ese mismo hecho, cesaría de ser cabeza de la Iglesia. Él no puede ser un hereje y seguir siendo Papa, porque, desde que está fuera de la Iglesia, él no puede poseer las llaves de la Iglesia” (Summa Theologica, citado en Actes de Vatican I. V. Frond pub.).

Como dice la fórmula, todo aquel que acepta al Antipapa Francisco como papa, debe venerar como santa a la Madre Teresa, una mujer que es una apóstata no cristiana. Y en este punto, no se dejen engañar por ciertos falsos tradicionalistas herejes, que aseguran que la secta del Vaticano II tiene papas válidos, pero canonizaciones inválidas, porque el proceso que precede a la declaración de canonización ha sido levemente modificado en el periodo posterior al Vaticano II. Ese argumento es totalmente engañoso.

Así como lo saben aquellos que realmente creen en la enseñanza católica y en la infalibilidad papal, el proceso que precede a una canonización no tiene nada que ver con la infalibilidad de la declaración solemne en sí misma. Dios protege el acto solemne de un verdadero papa en tal asunto. Incluso si el proceso que precede a la declaración fuera cambiado drásticamente o abolido completamente, esto no haría ninguna diferencia.

Cuando un verdadero papa pronuncia la fórmula solemne, independientemente del estudio o investigación precedentes, él está protegido por Dios de hacer una declaración falsa. Esa es la infalibilidad papal. Esto es lo que significa y lo que garantiza. Muchos falsos tradicionalistas, como la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y grupos similares, rechazan esto porque ellos no creen en el papado ni en la infalibilidad papal. Entonces, no hay forma de decir que Francisco sea un verdadero papa y a la vez rechazar sus ‘canonizaciones’ solemnes sin negar la enseñanza y los principios católicos.

Prospero Lambertini, posteriormente Papa Benedicto XIV (1740-58 d.C.), Sobre la beatificación y la canonización: “Si alguien se atreviere afirmar que el Pontífice ha errado en esta o aquella canonización, Nos decimos que aquel es, si no un hereje, por lo menos un temerario, un escandaloso para toda la Iglesia, un insultador de los santos, un favorecedor de los herejes que niegan la autoridad de la Iglesia en la canonización de los santos, que destila sabor a herejía por dar a los incrédulos ocasión de burlarse de los fieles. Ese tal afirma una opinión errónea y será objeto de sanciones muy graves”.

San Alfonso Ligorio, El Gran Medio de la Salvación y Perfección, 1759, p. 23: “Suponer que la Iglesia pueda errar en la canonización, es un pecado, o es una herejía, según San Buenaventura, Belarmino, y otros; o, a lo menos, cercano de la herejía, según Suárez, Azorio, Gotti, etc.; porque el Soberano Pontífice, según Santo Tomás, es guiado de una manera especial por la influencia infalible del Espíritu Santo cuando canoniza a los santos”.

Como el acto solemne de la ‘canonización’ hecho por el Antipapa Francisco no estuvo obviamente protegido de caer en error, ello prueba que él no es un verdadero papa. Por supuesto, todos los actos de Francisco son inválidos porque él es un antipapa notoriamente herético.

La falsa canonización de esta mujer demoniaca y apóstata épica, o sea la Madre Teresa, es otra señal de la apocalíptica toma de posesión de la ciudad de Roma durante la Gran Apostasía. Ello está produciendo que millones de personas que reclaman ser católicas empiecen a creer que el indiferentismo religioso –en efecto, la aprobación del paganismo y la idolatría– conduce al cielo y a la santidad; cuando, de hecho, trae la condenación. También obsérvese que este acto de apostasía se llevó a cabo en la basílica de San Pedro. Ello fue transmitido y proyectado ante el mundo en ese lugar. Esto es porque la basílica de San Pedro es el templo de Dios que ha sido usurpado en la apostasía final de acuerdo con la profecía, como se cubre en nuestro material.

Además, incluso si alguien, por el bien del argumento, separara los principios de la infalibilidad papal cuando consideraba la relevancia de la ‘canonización’ de la Madre Teresa, el acto en sí mismo todavía probaría que la secta del Vaticano II no es la Iglesia católica, sino más bien una pandilla de incrédulos, herejes y apóstatas. Porque, como hemos demostrado, la Madre Teresa no fue una cristiana. Esta mujer fue una especie de mezcla de una pagana no cristiana y quien reclamaba aceptar elementos del cristianismo, pero que definitivamente no era cristiana. Entonces, cualquier grupo que considere a esa no cristiana, una vez examinando su vida, como alguien que pudo haberse tan siquiera salvado a pesar de no dar ninguna evidencia de una conversión a la verdadera fe –mucho menos decir que ella fue una ‘santa’– en realidad es una falsa iglesia. Tal grupo sería una banda de incrédulos. No sería la Iglesia católica, que es la única verdadera iglesia, no de herejes.

Papa Inocencio III, Eius exemplo, 18 de diciembre de 1208: “De corazón creemos y con la boca confesamos una sola Iglesia, no de herejes, sino la Santa [Iglesia] Romana, Católica y Apostólica, fuera de la cual creemos que nadie se salva”.

Aquellos que aceptan a la notoria y no cristiana apóstata Madre Teresa como santa frente a estos hechos, son herejes; y como hemos visto, rechazar su falsa ‘canonización’ requiere necesariamente, como se debe, reconocer la verdad de que su compañero apóstata Francisco es un antipapa no católico y que la secta del Vaticano II no es la Iglesia católica.

Papa Paulo IV, de la bula Cum ex Apostolatus Officio, 15 de febrero de 1559: “...si en algún tiempo aconteciese que un obispo, incluso en función de arzobispo, o de patriarca, o primado; o un cardenal, incluso en función de legado, o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al cardenalato o asunción al pontificado, se hubiese desviado de la fe católica, o hubiese caído en herejía: 1) o la hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto...”.

The Catholic Encyclopedia [La enciclopedia católica], “Elecciones Papales”, 1914, vol. 11, p. 456: “Desde luego, la elección de un hereje, de un cismático, o de una mujer [como papa] será nula e inválida”.

La secta del Vaticano II es, de hecho, la falsa iglesia profetizada del fin de los tiempos, y las profecías apocalípticas al respecto se han estado cumpliendo justo en frente de nuestros ojos, como lo muestra nuestro material.

Apocalipsis 18, 2: “Y [el ángel] gritó en fuerte voz, diciendo: ‘Cayó, cayó Babilonia la grande, y se hizo morada de demonios y prisión de todo espíritu inmundo y prisión de toda ave inmunda y prisión de toda bestia inmunda y aborrecible’”.

En este sentido, es revelador el considerar los comentarios sobre el asunto de una organización de falsos tradicionalistas llamada The Remnant. Después de la ‘canonización’ de la Madre Teresa, mientras señalaban  su ‘modernismo’, no obstante The Remnant la describió como “santa”, “sagrada” y “valiente”. Esto es diabólico. Las personas que toman tal posición a la vista de estos hechos, como lo hacen ellos, son infieles impíos e incrédulos. La misma organización de falsos tradicionalistas publicó un clip de audio de un hereje, presunto sacerdote, que ellos promueven. Él expresó su ‘admiración’ por la Madre Teresa e incluso describió como ‘santa’ a la apóstata no cristiana.

Audio publicado por The Remnant:

“La Iglesia canonizó a la Madre Teresa, Madre Teresa de Calcuta. Debo admitir un cierto sentimiento de afecto por ella y en muchas maneras una admiración por ella… y entonces la mañana siguiente yo ofrecí una misa por sus hermanas de la caridad, pero la Madre Teresa no estaba presente. Aún seguía impresionado de su piedad, de su devoción… Hay mucho que es laudable y admirable sobre la Madre Teresa… y esto no es a título de criticar a una santa...”.

Ellos no son de Dios sino del diablo. Ellos no son católicos, sino herejes. Rechazan la fe católica. Son falsos maestros que guían a la gente hacia la herejía y al infierno por, entre otras cosas,  mantenerlos dentro de la falsa iglesia. Ellos les hacen creer a las personas que pueden ser verdaderamente ‘tradicionales’ o ‘conservadores’ dentro de la secta del Vaticano II cuando no es el caso. Esos sentimientos también revelan que los defensores obstinados de la falsa Iglesia del Vaticano II, incluyendo a los llamados tradicionalistas, siguen reconociendo a los apóstatas antipapas frente a los hechos, precisamente porque ellos no tienen ninguna fe. Ellos no creen en Jesucristo, no son fieles a la enseñanza católica y no rechazan la herejía ni a los herejes.

Adicionalmente, recibimos un correo electrónico de una mujer informándonos que dos sacerdotes del grupo herético de la CMRI (Congregación María Reina Inmaculada) les dijo que rezara por el descanso del alma de la Madre Teresa, como si una apóstata y no cristiana notoria como la Madre Teresa  hubiera podido salvarse sin convertirse a la verdadera fe. Eso es diabólico. Es otro ejemplo sorprendente de la incredulidad y herejía de los grupos de falsos tradicionalistas tales como la CMRI, que niegan la enseñanza dogmática de la Iglesia sobre la necesidad de la fe católica y del bautismo para la salvación.

Otros falsos tradicionalistas intentan escapar de estas conclusiones afirmando que una canonización simplemente significa que una persona se salvó o está en el cielo, pero que no es un respaldo de la vida de la persona – como si fuera aceptable creer que la apóstata Madre Teresa está en el cielo. No obstante, el argumento es totalmente falso. Como lo enseñó el Papa Pío XI, los santos siempre serán “… modelos de toda clase y profesión, en todo estado y condición de vida…”.

Papa Pío XI, Divini illius Magistri, # 84, 31 de diciembre de 1929: “Porque los santos han sido, son y serán siempre los más grandes bienhechores de la sociedad humana, como también los más perfectos modelos de toda clase y profesión, en todo estado y condición de vida, desde el campesino sencillo hasta el hombre de ciencia, desde el humilde obrero hasta el general de los ejércitos, desde el padre de familia hasta el monarca gobernador de pueblos, desde las niñas ingenuas y las mujeres consagradas al hogar hasta las reinas y emperatrices”.

Una canonización no significa meramente que la persona está salvada, sino que la persona fue un modelo de la fe y un ejemplar de vida mientras él o ella vivieron como católicos. Si la persona se convirtió tarde en su vida, ella sería un modelo de la fe y un ejemplar de vida en el periodo después de la conversión. Entonces, como la Madre Teresa fue ‘canonizada’ por su vida y obra como religiosa, su ‘canonización’ fue una declaración solemne por la secta del Vaticano II de que lo que ella exhibió y creyó durante su carrera con las ‘misioneras de la caridad’ fue un modelo de la fe y la moralidad que puede ser seguido para alcanzar la santidad y la salvación – cuando, de hecho, fue un ejemplo de la herejía demoníaca, el indiferentismo y la apostasía.

Por lo tanto, los seguidores de los antipapas del Vaticano II no tienen ninguna escapatoria de la relevancia de la ‘canonización’ de una notoria hereje y apóstata demoníaca como la Madre Teresa. Dicho acto ciertamente prueba que la secta del Vaticano II no es la Iglesia católica y que Francisco es un antipapa – aunque ese hecho ya ha sido comprobado en muchas ocasiones.

Como la Madre Teresa no dio evidencia en el fuero externo de haber abandonado su apostasía y de haberse convertido a la fe católica, además de que no se la debe considerar como santa, nadie puede sostener que la Madre Teresa está en el cielo, ni siquiera rezar por ella. Se debe considerar que ella murió como una incrédula y que murió fuera de la Iglesia católica, que es lo que fue durante su vida.

Papa San Gregorio Magno, Morales, Libro 34:
“Entonces existe, por lo tanto, la misma razón para no orar por los hombres condenados al fuego eterno, como la hay ahora de no orar por el diablo y sus ángeles que están ahora condenados para siempre. Y esta es ahora la razón por la que los hombres santos no oran por los hombres incrédulos e impíos que están muertos; porque los santos no están dispuestos a que el mérito de su oración deba ser reservado, en la presencia del Justo Juez, en beneficio de aquellos que saben que ya están condenados a los tormentos perpetuos”.

Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, Supl., q. 71, a. 5:
“San Gregorio dice: ‘Es una misma la causa de por qué no se ore entonces, a saber, después del juicio, por los hombres condenados al fuego eterno, que la de ahora no se ruegue por el diablo y sus ángeles, deputados al eterno suplicio. Y aun la misma por la que ahora los santos no recen por los finados infieles e impíos; porque, conociendo cierto que ya están condenados a la pena eterna, no tendría acogida en presencia del justo juez el mérito de su oración’”.

Consulte nuestro material para más información sobre cómo estaba profetizado lo que está ocurriendo actualmente en Roma. La secta del Vaticano II no es la Iglesia católica, sino la profetizada falsa Iglesia del fin de los tiempos. Vea cómo el cumplimiento de estas profecías en Roma prueban que la Iglesia católica es la única verdadera Iglesia de Jesucristo, fuera de la cual no hay salvación.

Notas:

[1] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 64

[2] The Papal Encyclicals, Vol. 2 (1878-1903), p. 307.

[3] https://web.archive.org/web/20210622160342/http://www.motherteresa.org/08_info/2015-Coversion.html

[4] http://www.motherteresa.org/08_info/2015-Coversion.html

[5] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 64.

[6] http://www.motherteresa.org/08_info/2015-Coversion.html

[7] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 133.

[8] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 89.

[9] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, pp. 64-65.

[10] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 73.

[11] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 57.

[12] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, pp. 103-104.

[13] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, pp. 124-125.

[14] Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, Pt. II, q. 12, art. 1, obj. 2.

[15] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 203.

[16] Citado por Amleto Giovanni Cicognani, Canon Law, Philadelphia, PA: The Dolphin Press, 1935, p. 177

[17] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 211.

[18] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 314.

[19] Ludovico Pastor, Historia de los Papas, Tomo I, vol. 2, p. 350.

[20] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, Introducción, p. 30.

[21] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 209.

[22] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 79.

[23] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 79.

[24] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 52.

[25] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 80.

[26] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 65.

[27] Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 332.

[28] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, HarperCollins, 2011, Edición inglesa, p. 158.

[29] Kathryn Spink, Madre Teresa – Biografía Autorizada, Plaza & Janés, 1997 p. 88.

[30] Madre Teresa, Camino de sencillez, Editorial Planeta, 1995, p. 87.

[31]                   http://es.radiovaticana.va/news/2016/09/04/el_papa_francisco_canoniz%C3%B3_a_la_madre_teresa_de_calcuta_/1255717

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